El estado actual de la distribución del cine Colombiano en Colombia
Recientemente participé de un encuentro liderado por el DACMI (Dirección de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos) del Ministerio de Cultura para la Presentación de la Estrategia de Promoción Nacional de Cine Colombiano. Este encuentro estaba dirigido a los distribuidores de cine colombiano y participé con mi empresa de distribución Gótico Tropical. Por coincidencia también por estos días fui entrevistado por un alumno de colegio que está haciendo su monografía de grado y muchas de sus preguntas están dirigidas al estado del cine colombiano en las salas de cine.
Aunque difiero en varios puntos con los distribuidores de cine colombiano con respecto a los síntomas del por qué el cine colombiano no se está viendo tanto en salas de cine, soy fan que colectivamente estamos comenzando a re-pensar sobre lo que tenemos que hacer desde la empresa privada y las instituciones estatales para intentar visibilizar el cine colombiano dentro de nuestro territorio.
A continuación quiero compartir la entrevista que realice para el trabajo de monografía que resume muchos de mis pensamientos sobre el estado del cine colombiano.
Desde su experiencia, ¿cuáles son los principales retos y desafíos que enfrentan los cineastas colombianos en la actualidad?
Los retos principales que enfrentan los cineastas colombianos en estos momentos son los mecanismos de financiación para el cine colombiano y la distribución de cine colombiano tanto en salas de cine como en plataformas de streaming y televisión.
¿Qué recomendaciones le daría a quienes buscan estudiar y dedicarse a la realización de Producciones Cinematográficas en Colombia?
Mi mayor recomendación a quienes quieren dedicarse al cine es estudiar su historia y su evolución a través del tiempo. Este consejo funciona tanto para directorxs, como productorxs, guionistas y demás profesiones dentro de la producción.
Para les cineastas es vital aprender del cine más allá de las últimas películas y buscar inspiración en películas de hace 30 / 40 / 50 años, y no solo dejarse llevar por lo que está de moda. Para les productorxs, no solamente saber cómo es el negocio actual del cine, sino también cómo ha evolucionado, cómo funciona y ha funcionado en otras partes del mundo, y aprender a reconocer cómo todo termina siendo lo mismo pero diferente.
Teniendo en cuenta la gran diferencia que existe entre la asistencia a películas extranjeras y la asistencia a películas colombianas ¿A qué factores cree que se le puede atribuir la poca visualización del cine colombiano dentro del país?
Hay que hacer una anotación cuando decimos “asistencia a películas extranjeras” porque lo que realmente se refiere con esto es a las películas de los estudios americanos. En Colombia se estrenan muchas películas extranjeras independientes.
Si miramos el 2023 como ejemplo, el 39% fueron películas americanas, las domésticas el 22%, y el resto del mundo el 39%. La gran mayoría de esas películas extranjeras también hacen números parecidos en asistencia a las películas colombianas. Entonces el problema no es solamente del cine colombiano, es del cine independiente en salas de cine. Y este problema es mundial.
La mayoría de los distribuidores te dirían que el principal factor de la poca visualización del cine colombiano dentro del país se debe al bajo nivel comercial de las películas colombianas. La gran mayoría de las películas son de corte autoral, ya sea en ficción o en documental. Eso significa que el principal objetivo de esas películas no es el éxito comercial (aunque se agradece) sino el reconocimiento por los festivales, la crítica y en ciertos circuitos comerciales.
¿Por qué les cineastas están buscando este éxito y no el comercial? Esa es la verdadera pregunta que deberíamos estar haciéndonos. Yo siento que esta situación radica en que las instituciones de estímulos tanto nacionales como el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y los estímulos internacionales en otros países o en organizaciones como Ibermedia valoran positivamente estos reconocimientos de festivales mucho más que cualquier éxito comercial dentro de su país. Entonces al tener reconocimiento con su primera película elevan sus posibilidades de ser otorgados más estímulos nacionales e internacionales en el futuro para hacer su siguiente película.
El éxito comercial de la película no ayuda a les cineastas a financiar su siguiente película. Los éxitos de taquilla —por fuera de las películas de Dago García— que siempre nombramos no ayudaron a que hubieran segundas partes del mismo universo de la película inicial o películas del mismo género por parte de sus directores y que fueran financiadas por inversionistas o por canales de televisión, o por el FDC. Una buena parte de esos directores de esas películas consiguieron luego empleo en proyectos para televisión y recientemente como directores de las series de las plataformas de streaming.
Como una pequeña muestra de lo que afirmo acá es que en los criterios de evaluación del estímulo de producción del FDC valoran los logros obtenidos de los proyectos en encuentros, talleres, mercados y en otros mecanismos de desarrollo. Lo que sucede es que esos encuentros y talleres seleccionan proyectos latinoamericanos que tengan una mirada autoral principalmente, lo cual niega completamente las posibilidades de películas de géneros más comerciales.
Por lo que perpetuamos un ciclo:
- Desarrollo Primera Película con corte autoral.
- Participo en Laboratorios, Encuentros, Residencias que seleccionan proyectos autorales.
- Soy otorgado estímulos de desarrollo y producción que valoran la calidad autoral del proyecto.
- Hago co-producciones internacionales ante fondos que valoran una co-producción de un proyecto autoral.
- Obtengo reconocimientos en Festivales.
- Empiezo a desarrollar la Segunda Película con corte autoral ahora con los reconocimientos que he obtenido.
¿Cuál cree que sea el motivo por el que en la lista de las diez películas colombianas con mayor número de espectadores se encuentren en su totalidad producciones de comedia como: El Paseo 4 (2016), Uno al Año No Hace Daño (2014) y El Paseo 2 (2012)?
Esas películas son nuestras películas de Superhéroes. En Francia donde tuve el placer de estudiar cine y de vivir 3 años, los grandes éxitos de taquilla son las películas de comedia familiares al igual que en nuestro país.
Esas películas que nombras son comedias familiares que tienen un gran push de marketing a través de uno de los canales privados más grandes y que han generado una recordación en el público colombiano ya que se estrenan siempre alrededor de la misma fecha cada año.
¿Cree usted que la existencia de películas más comerciales y de comedia como “El Paseo” es necesaria y beneficiosa para el desarrollo del cine colombiano en general?
Sí. Necesitamos todo tipo de películas colombianas, de todos los géneros. Desde lo más autoral hasta lo más comercial.
¿Considera usted que existe interés por parte del público colombiano en consumir y apoyar la producción audiovisual realizada en el país?
Sí hay apetito para producciones nacionales. Lo vemos todos los días. Las series y las pocas películas que se hacen a través de las plataformas de streaming (Netflix, Prime Video principalmente) tienen buena acogida en sus estrenos.
Para mí, existe una desconexión entre el cine que estamos haciendo y lo que el público colombiano quiere consumir, adicionando a esto la difícil distribución del cine nacional en otros espacios diferentes a la sala de cine: streaming, televisión, etc.
¿Qué clase de historias considera que son más relevantes para el público colombiano actual?
Todas las historias son relevantes. No deberíamos entrar en la subjetividad de que es relevante según un punto de vista de alguien o una institución.
¿Cómo puede ayudar el fortalecimiento de una industria cinematográfica colombiana en el desarrollo de la identidad nacional?
En todos los sentidos. Como ejemplo, Francia. Es un país que ama su cine y quiere explorar su cultura y hacer conocer su cultura al resto del mundo. Estados Unidos durante la guerra fría utilizó el cine como método de colonialismo cultural mientras creando una identidad de potencia mundial dentro de sus fronteras. Colombia puede mostrarse a sí mismo. Tanto lo bueno, lo malo y lo feo. Tanto en forma humorística, como dramática, como suspenso. ¿Qué mejor forma de conocernos que explorarnos en las historias que nos contamos?
¿Qué importancia diría usted que tienen las plataformas de streaming (Netflix, Prime Video, Disney+, etc.) en el cine colombiano?
En este momento no tienen importancia pero creo que Colombia debería tener una política de Estado sobre tener películas y series colombianas en sus plataformas. Lo hacen muchos países de Europa y es una manera de combatir la hegemonía extranjera. Hay que proteger nuestro arte y nuestras historias, y la forma que la mayoría de personas consumen el cine hoy en día es en las plataformas de streaming, y allí es donde siento que necesitamos mayor fuerza por parte del Estado para actualizar nuestras leyes. No me parece justo que los canales privados colombianos tengan una cuota de contenido colombiano y las plataformas de streaming no lo tengan.
¿Cree que los actuales y futuros cineastas colombianos deberían enfocarse en estrenar sus proyectos mayormente en plataformas de streaming o salas de cine?
Cada proyecto tiene su público y eso determina cómo debe ser su distribución. Lo más interesante es que por fin tenemos opciones más allá de seguir una ruta prestablecida. Algo que hemos venido haciendo es saltarnos completamente la ruta de festivales en varios proyectos e ir directamente a las salas de cine. ¿Por qué esperar a estar un año en festivales internacionales regionales o locales que no hacen nada realmente comercialmente por la película?
Hay que llevar nuestras películas a nuestro público principalmente. Un laurel y una selección en el Wakanda Film Festival no va a convencer a alguien de que debería ir a ver la película. Muy pocos de esos sellos hacen que la gente por fuera de tu público primario se motive a ver tu película.
¿En qué aspectos cree que se podría mejorar la distribución y exhibición del cine colombiano en las salas del país?
Hay muchos aspectos que se podría mejorar pero creo que la más importante es dejarle de prestar tanta atención a los espectadores que van a las salas de cine y prestarle más atención a las otras formas de exhibición.
El cine, desde el 2020, se ha convertido en un evento. “Voy a ir a cine”. Creo que tenemos que trabajar con las plataformas de streaming para que las películas colombianas tengan un espacio importante en sus plataformas, que podamos llegarle a más hogares colombianos a través del streaming, de enamorarlos lentamente de nuevo con el cine. Y es allí, donde creo que vamos a ver un avance en la asistencia en salas de cine a las películas colombianas. El público va a querer ver esas historias apenas salen. Pero necesitamos enamorarlos, y para eso se requiere de todo tipo de películas.
Esta es la manera que comenzamos a financiar la distribución del cine nacional. Necesitamos que el capitalismo de cierta manera haga su trabajo y que el dinero privado comience a crear cine colombiano.
¿Qué métodos, campañas o herramientas publicitarias cree usted que podrían ser efectivas para aumentar el interés de las audiencias por el cine colombiano?
Tengo la hipótesis que todos creemos que el problema principalmente radica que se requiere de mayor publicidad para poder aumentar el interés de las audiencias por el cine colombiano. Y en parte es cierto, necesitamos de un mayor empuje publicitario. Pero el cine colombiano está dentro del cine independiente principalmente por lo que las películas no tienen grandes presupuestos de promoción. Entonces necesitamos elevar los presupuestos de marketing.
Ahora, ¿quién debería incurrir en los gastos de promoción? En Colombia le hemos puesto esa tarea a los productores, pero en el resto del mundo, tradicionalmente, los distribuidores son los que incurren en este gastos.
Tradicionalmente, los distribuidores pagan una licencia de explotación (lo que llamamos en la industria un mínimo garantizado, o en la industria literaria, un avance) a los productores. Son los distribuidores ahora los que están “obligados” a recuperar su inversión en esa película y por lo tanto asignan un presupuesto de promoción. Pero como dije anteriormente, en Colombia, no sucede eso.
Y no sucede eso porque el cine colombiano no es un negocio (todavía). Los distribuidores colombianos principalmente son intermediarios entre los productores y las salas de cine, y hacen funciones adicionales de agentes de prensa y marketing que son rubros pagados por los productores con los estímulos de promoción que otorga el FDC a las producciones nacionales.
Ahora, los distribuidores no hacen esto con el resto de películas extranjeras que distribuyen y si lo hacen con el cine colombiano porque no tiene una solidez económica en las salas de cine. Al no ser un negocio viable (todavía), es muy difícil para que ellos hagan el push económico.
De igual manera, al no ser un tipo de películas muy apetecido por las salas de cine, se vuelve imposible financieramente para los distribuidores estar incurriendo en gastos de licencias de explotación comercial y adicionalmente en su marketing. Es por esto que necesitamos más mecanismos para fortalecer la distribución. Los productores deberían estar concentrados principalmente en producir películas, los distribuidores en distribuir.
¿Qué tanta importancia cree usted que tiene la Ley 814 de 2003, mejor conocida como la Ley de cine del 2003, en la realización de las producciones cinematográficas del país?
Toda la importancia que le puedo dar. Para empezar, la ley creó el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico que ha sido uno de los mayores impulsos para hacer cine en Colombia y que tengamos el avance que tenemos hasta el momento. Pero también, la forma adicional de hacer cine a través de los beneficios tributarios a empresas y personas que inviertan y donen en las películas colombianas es primordial para tener otro tipo de cine por fuera de los estímulos del fondo. Mi carrera se la debo a la financiación de películas colombianas a través de la Ley de Cine.
¿Cree que a futuro el cine colombiano tiene el potencial de competir exitosamente en el mercado cinematográfico nacional frente a producciones extranjeras?
Sí. Lo creo completamente. Y creo que le puede ganar como sucede en países como en Polonia y en Francia. Pero tenemos que reflexionar qué tipo de cine queremos hacer de ahora en adelante. Creo que las producciones nacionales están más enamorados de la idea del reconocimiento internacional en festivales que la conexión con los públicos. ¿Y, cómo no? Mostrar tu película en un festival, con un público muy emocionado por el cine, tu película, se convierte en un evento. Y la reacción siempre va a intoxicar a todas las personas involucradas con ese proyecto.
Pero es por eso que hemos intentado con nuestras películas volver cada función de nuestras películas en salas de cine como si fuera ir al teatro, volverlo en un evento, enamorar a la gente de ver esta historia que estamos contando. Dejar atrás un poco el apoya el cine colombiano simplemente porque es colombiano. Apoya esta película porque en esta película te puedes ver reflejada en ella como nos ha sucedido recientemente con Sábado Oscuro, la gente ha llorado en la película diciendo que ha tenido esas mismas conversaciones con su pareja. Nos arriesgamos al hacer esa película creyendo que hay un público que quiere verse reflejado en la pantalla grande y lo hemos conseguido.
¿Qué acciones o estrategias podrían plantearse para que los cineastas colombianos actuales y futuros apliquen en sus proyectos y así logren una mayor visibilidad en el país?
Creo que hacer re-ingeniería para saber cómo tu película va a tener mayor visibilidad es algo muy duro de hacer. Creo que la data solo te da un panorama de lo que sucedió, pero no te ayuda a pronosticar el futuro. Y en el arte han intentado siempre hacer esto y nunca funciona.
Creo que necesitamos más películas que cambien la mentalidad de lo que significa el cine colombiano el cual se ha convertido en una especie de género para el público nacional. Necesitamos más películas diversas, más arriesgadas en los géneros. Una vez recibí un comentario de un jurado de un fondo nacional sobre un proyecto de género de terror diciendo que las películas apocalípticas solo pueden pasar en el primer mundo. Y este comentario vino después de todo lo que sucedió con la pandemia.
Necesitamos más voces que no le hagan caso a este tipo de comentarios, necesitamos más películas románticas, más thrillers, más terror, más películas de época, más comedia, más y más y más… Necesitamos todo el buffet de películas.
Necesitamos tantas voces que el cine colombiano no lo podamos encasillar. Necesitamos dejar de pensar en la crítica de los festivales de cine y en el reconocimiento y la “fama”, y comenzar a pensar en contar historias para nosotros y el público de esta película. Allí vendrá el verdadero reconocimiento porque vamos a poder seguir haciendo más y más.
Pero para esto necesitamos romper el ciclo. Por eso dije anteriormente que tenemos que preguntarnos qué tipo de cine queremos hacer. Para poder romper este ciclo necesitamos esfuerzos dentro de varios frentes:
- Preguntarnos cómo evaluar proyectos que lleguen al FDC. ¿Vamos a comenzar a seleccionar proyectos con ambos cortes: la mitad con corte comercial y la otra mitad con corte autoral? ¿Vamos a buscar jurados que tengan experiencia haciendo películas de corte comercial?
- Tener una fuerte postura estatal frente a las plataformas de streaming. ”Obligar” a las plataformas a tener películas colombianas en su plataforma. Ya lo hacen tantos países que podemos hacer lo que ellos han hecho. Esto generaría que las plataformas tengan licenciar películas colombianas en su plataforma generando un mercado para los productores colombianos para hacer películas más comerciales.
- Al hacer el esfuerzo de hacer películas más comerciales, trabajar para unir de nuevo a las salas de cine en el proceso de hacer estas películas y emocionarlos con la capacidad de generar ingresos con el cine colombiano.