¿Es solamente culpa del espectador que el cine colombiano no se vea?

¿Es solamente culpa del espectador que el cine colombiano no se vea?
Foto por Denise Jans / Unsplash

Creo que puedo poner el dedo en el momento en el que decidí pasar al siguiente anillo del infierno y pasar de ser un apasionado por el cine a querer hacerlo. Debería tener alrededor de 13-14 años y ya estaba viviendo en Cali. En ese entonces algo que hacíamos mi hermano y yo era alquilar películas en VHS con mis amigos de la unidad residencial y nos metíamos a nuestro cuarto, y en nuestro pequeño televisor cuadrado, mirábamos una película de terror. Un cuarto lleno de varios niños y niñas gritando ante un jump scare.

Estuve escuchando la charla de Gente Que Hace Cine durante el Bogotá Audiovisual Market sobre si se ve el cine colombiano. Yo sé que ya he hablado de ese tema antes y lo hice desde el punto de vista del productor pero quise ahondar en este tema desde otro lado más inspirado por los comentarios de los participantes de este panel.

En esta charla de Gente Que Hace Cine durante el BAM, se hizo un poco de nostalgia por el tiempo en el que las películas duraban un año en cartelera y que actualmente eso ya no es así —aunque un caso atípico fue Las Tetas de Mi Madre que duró un año en cartelera en Cine Tonalá en el 2015/16. La razón de porque no es así son variadas como explica Elba donde la tecnología (televisión, streaming, VHS, DVDs) lo ha cambiado todo y le ha dado al público general más acceso, pero otra razón igual de importante que no se enumeró es el número de películas y de copias que estaban disponibles en esa época era ridículamente menor al día de hoy.

Desde hace rato se habla que hay que enseñarle al público, educarlos o cultivarlos, sino que también hay que hacer películas que el público quiera ver. Estamos muy enamorados de que nuestras películas vayan a festivales y reciban reconocimientos, pero no queremos hacer películas que conecten con el público de manera comercial. Estoy hablando del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico en este sentido porque lo que más importa son los reconocimientos para poder volver a ser otorgado un estímulo. De lo que puedo recordar, las últimas películas de género que fueron premiadas fueron Saudó, El Resquicio y El Páramo. Y según mi memoria (y puedo estar muy equivocado), durante los años del estímulo integral que era para “hacer películas más comerciales” nunca se entregó un estímulo para una película de terror.

El cine realmente independiente colombiano si ha tenido las ganas de hacer películas de género. Yo hice 2 thrillers, Sicosexual y Ultraviolencia, pero hemos tenido el Llanto Maldito de Andrés Beltrán, las películas de David Bohorquez como Calibán y Diavlo, Luz de Juan Diego Escobar y Fortuna Lake de Felipe Martínez entre otras en tiempos recientes. Pero el push mediático es bien difícil para una película hecha completamente independiente para que tenga un impacto en la taquilla nacional sin el apoyo de los exhibidores. Es muy complicado para los productorxs independientes levantar muchos recursos para la promoción y poder hacer una campaña de impacto si los distribuidores y exhibidores no nos pueden confirmar el número de salas hasta un o dos días antes de su estreno. ¿Qué sucede si haces un gran push publicitario y ese gran exhibidor decide hacerte ghosting?

En este escrito no quiero seguir diciendo lo mismo que ya he dicho varias veces pero no todo se trata sobre el espectador que no quiere el cine colombiano, o el productor que no hace una película comercial. Creo que los distribuidores y exhibidores necesitan hacer mucho más. Especialmente si no quieren desaparecer.

Creo que necesitamos más esfuerzos en la creación de comunidad. No solamente para el cine colombiano, sino para el cine independiente. Yo siento que las salas alternativas en Colombia no muestran pasión por el cine, no hacen tantos Q&As y eventos para crear comunidad, todo se siente muy clínico, muy de museo o no se siente nada. No se trata solo de mostrar la película y darle espacio al cine colombiano, sino de crear una comunidad alrededor del cine, de crear una pasión, de crear una conversación entre público y cineastas.

Otro momento importante para mi carrera como cineasta fue ir constantemente al IFC Center en New York cuando estudiaba en NYFA. Pude vivir proyecciones donde se hacían Q&As de imprevisto como la que estuve para una película de Werner Herzog donde él llamó a Michael Shannon a acercarse a hablar un poco de la película, y también intentó traer adelante a uno de los productores de la película, David Lynch. El IFC Center es un espacio donde se nota que aman al cine y aman a las personas que lo hacen, y saben que la relación entre el público y los creadores genera comunidad. Eso mismo hace The Metrograph o Alamo Drafthouse. Eso mismo hacía mi escuela con las proyecciones y conversatorios, algo que raramente hacen las universidades que tienen carreras de cine o audiovisual. Eso mismo lo viví con la Cinemateca Francesa, viendo retrospectivas y teniendo conversatorios con directorxs y actorxs.

Algo que tenemos que abordar es que el cine en Colombia tiene un aire pretencioso. Un aire de “tienes que saber de cine para entender mi película”. No sé cuando sucedió porque cuando estaba estudiando cine hace 15 años no se sentía de esa manera pero así se siente actualmente. Es muy importante quitarle esta vaina pretensiosa al cine colombiano y al cine independiente. Tenemos que no solamente amar al —terriblemente llamado— “cine de autor” sino que tenemos que mostrar una pasión por los B-movies, los trash thrillers, los horror films.

No solamente el espacio de las cinematecas o salas alternativas es para mostrar el cine que ha ido a festivales para darle un aire artístico a esos espacios sino también normalizar y celebrar todo tipo de cine. Por ejemplo, ¿cuántas salas alternativas o hasta comerciales utilizan todo el potencial que tiene Octubre y Halloween de la misma manera que hacen promoción para las películas que están nominadas a los Oscares? Si la línea de esa sala alternativa es ser bien artística, ¿por qué en Mayo no hacen retrospectivas de películas que estuvieron en Cannes mientras sucede el festival? Podrían tener un pequeño reel antes de que empiece la película sobre las noticias más relevantes de la edición actual del festival o de ediciones pasadas.

Lo que quiero decir es que las salas de cine se sienten como restaurantes de crispetas y gaseosa que muestran películas. No se ve amor o pasión real por el cine que muestran. Y así es muy difícil que el público sienta amor por ese espacio. Ninguna sala realmente se ha convertido en un templo para el cine y para los aficionados como lo he visto en Alamo Drafthouse en su decoración y en su mood o hasta lo que están haciendo reviviendo Kim’s video. O lo que viví en IFC Center donde programaban trilogías de películas para ver desde las 8pm hasta las 2am. Y salías en un éxtasis. O una de las mejores experiencias que tuve que fue ir a ver Blue Velvet de David Lynch mientras una drag queen hacía un live commentary mientras podías tomar cerveza.

Y antes de que digas que New York es New York, yo fui a ver la ganadora de la palma de oro Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives con dos amigos y solamente estaban 3 personas más en la sala. Y las otras 3 personas se terminaron saliendo. Sin estos espacios, sin estas comunidades, no solamente no incentivamos al amor por el cine, por el amor por el cine colombiano, sino que tampoco incentivamos la nueva ola de cineastas colombianas que no solamente quieren hacer un solo tipo de cine para cierto público en específico, sino que creamos todo tipo de cine.

Uno de mis primeros recuerdos es entrar a una videotienda en Barranquilla. Paredes llenas de VHS con películas de todo tipo. Estar allí, en familia, buscando películas para alquilar. Y salir de allí para ir a tomar malteada bien, bien espesa que sentías que tus dientes se iban a quedar pegados al pitillo. Y luego volver a vivir esa experiencia de cierta manera yendo a Blockbuster en Cali con mi mamá y mis hermanos, y negociar para ver qué 3 películas —una tapa roja, una azul y una verde. Sin esos espacios claramente no haría películas.

Cuando digo que no veo pasión, es que por ejemplo, las redes sociales de estos espacios no demuestran su pasión por el cine. Es muy comunicativo: “aquí está la programación de esta semana o este mes.” Pero si ves las redes sociales de Letterboxd, o de Vidiots o hasta de Kim’s Video, ves un amor por el cine. Por todo tipo de cine, como es MUBI y su clóset de DVDs. O si te vas a lo especializado, puedes ver las redes de FANGORIA o de Bloody Disgusting o hasta del Festival de Sitges y Fantasia, y ves que comunican su amor por el cine fantástico y crean una comunidad al mostrar su pasión, y otras personas como yo, se siente observada.

“Hay que meter a Cine Colombia más en la distribución del cine colombiano” se escucha en la charla de Gente Que Hace Cine, y es muy verdad. Pero como también se dijo, los exhibidores tienen altos costos de operación y mostrar cine colombiano por mostrar cine colombiano no debe ser un objetivo filantrópico. Tenemos que “obligarlos” al darles un incentivo de un cine capaz de mover a un público. Y no me vengan que es porque se necesita un push mediático a lo Dago y Caracol con El Paseo, o las películas de Disney, porque películas como Cuando Acecha La Maldad hizo 350 millones de pesos en la taquilla colombiana, o MaXXXine, distribuida por Focus Features, que hizo 190 millones de pesos en Colombia, o Immaculate, distribuida por Diamond Films, que en 2 semanas hizo 1,200 millones de pesos en la taquilla colombiana, no tuvieron un push mediático muy fuerte y pudieron obtener un buen retorno.

Un ejemplo donde siento que los exhibidores y distribuidores han perdido este tipo de oportunidades de crear comunidad alrededor de las películas de género fue con la película de terror mexicana Huesera la cual no fue distribuida en salas de cine en Colombia e hizo 1.6 millones de dólares en México, y que se volvió un original de Amazon Prime Video.

5 of This Week’s Coolest Horror Collectibles Including ‘Thanksgiving’ on 4K Steelbook
Killer Collectibles highlights five of the most exciting new horror products announced each and every week, from toys and apparel to artwork, records, and much more. Here are the coolest horror collectibles unveiled this week! Thanksgiving Steelbook 4K from Sony Eli Roth’s Thanksgiving carves into Steelbook 4K Ultra HD + Blu-ray + Digital on October 15 […]

Lo vi (desde lejos) en Comic Con donde el amor por los coleccionables y lo físico está creciendo de una gran manera. Todos estos distribuidores y espacios colombianos están dejando en la mesa una gran oportunidad al no meterse en el mundo físico, el vender posters, DVDs y Blu-Rays, cómics, juguetes, ropa. Estamos entrando en la nostalgia de los 90s —me acaban de regalar una camiseta de Jaws en H&M– y los 90s fueron puro physical media. Esta es una gran oportunidad para les productorxs licencien derechos a los distribuidores colombianos para hacer cosas físicas y crear comunidad alrededor de sus marcas como lo han hecho a24 y Neon.

Un punto aparte: Longlegs se ha convertido en el éxito taquillero más grande de Neon en Estados Unidos sobrepasando a la ganadora del Oscar, Parasite. Y eso da chance de hacer cosas bien cool como hacer dos versiones del LP de la banda sonora.

When Evil Lurks (Spanish) Poster por Matt Ryan Tobin de Mutant

Lentamente estamos dándonos cuenta que las redes sociales están volviéndose en plataformas de influencers y dejando atrás el espacio digital de comunidad como fueron al principio. Estamos añorando, en especial las generaciones más recientes, por el contacto físico. Las cámaras digitales tipo Sony Cybershot, esas que usamos al principio de Facebook, están volviendo con estas nuevas generaciones que quieren algo diferente, algo más… análogo.

Hay espacios culturales que hacen que el cine sea demasiado pretencioso y hace que sea aburrido para las nuevas generaciones. Es absurdo leer como en Estados Unidos las generaciones más jóvenes están yendo a ver películas viejas en las salas arthouse. El múltiplex americano no la está pasando bien (mirar el caso de AMC y su deuda) pero estamos viendo una fuerza alrededor del revival cinema. La gente quiere un espacio nuevo, un espacio de comunidad, un espacio para encontrarse, un espacio para conocer gente.

Hace un año y medio estuve en Los Ángeles. Estando allá, Lina y yo fuimos a dos lugares que aman el cine desde su perspectiva. Fuimos al Museo de la Academia y pudimos ver un display enorme de la pasión que tiene por todo el cine y su historia, y nos gastamos una cantidad ridícula de dinero en su tienda (Lina ama su camiseta de Totoro). Y también estuvimos en Alamo Drafthouse el cual ama el cine desde una perspectiva diferente, más de algo cool. Pudimos estar sentados en un bar tomándonos una cerveza antes de la película  y disfrutar sus paredes llenas de posters de películas viejas de género mientras daban un programa viejo de Godzilla en un proyector y se podía matar el tiempo con retro boardgames.

Como dice Gustavo Nieto al final de la charla del BAM, la gente joven no le gusta el cine colombiano porque en su gran mayoría es deprimente. El cine colombiano, por su misma estructura de financiación, está concentrado en reflejar la situación en la que estamos como sociedad (como si el día a día, el noticiero o las redes sociales no nos mostraran). Le estamos dando solamente las verduras y la gente necesita de carbohidratos y de azúcar también. También necesitan un escape de lo que viven a diario y soñar con otros mundos o realidades.

Gustavo, como yo, siente que se viene un renacimiento del cine local porque Hollywood la está pasando mal. Y por tanto, los multiplexes comerciales colombianos no saben qué hacer ya que los números de la taquilla en el 2024 no llegan a los números que tuvimos ni siquiera en el 2015 (53,87 millones de espectadores contra 58,80 del 2015).

Las películas americanas ya no pegan tan bien como antes. Solo es ver los reportes mensuales que Elba hace en su LinkedIn. Y el jugador comercial más grande, Netflix, no le interesa la sala de cine, lo ha expresado muy bien porque su negocio es su plataforma y eso es lo que quieren potenciar.

Las salas de cine, no importando si son comerciales o alternativas, tienen que tomar un consejo de la industria musical. Desde hace rato el vinilo comenzó un renacimiento bastante fuerte, sus convenciones donde la gente se reúne para hablar de vinilos y comprarlos, ha ido en un crecimiento exponencial. Pero no es solamente económico, sino también en el sentido de comunidad. En su bolsillo tienen toda la música producida en Spotify o en Apple Music y demás, pero están buscando lo que hace que el arte sea arte: un sentido de comunidad. Un sentido de comunidad no muy diferente a mis amigos metidos en un cuarto viendo una película en VHS en un televisor cuadrado.


Los dejo con una historia de Gustavo Nieto que contó en la charla de Gente Que Hace Cine sobre cómo era hacer cine en los 80s en Colombia:

"Soy Gustavo Nieto Roa. Y orgullosamente puedo decir que a estas horas de mi vida, 85 años, he producido y dirigido más de 20 películas. Y estoy muy agradecido con Colombia porque es gracias a la audiencia de mis películas que he podido hacer más películas.

La única película que hice con fondos del gobierno fue Caín, que la financió ciento por ciento. Todas las demás películas las he hecho gracias a inversionistas privados que han creído en mí, me han dado la plata y yo he podido devolverles la plata y decirles muchas gracias por el apoyo que me dieron.

En 1980 tenía dos películas en las salas de cine, cada una llevaba más de un millón y medio espectadores simultáneamente. Y el gerente de cine de Colombia de ese entonces, José María de Guzmán, me llama y me dice Gustavo, el éxito de sus películas nos está creando problemas, el gobierno se quiere meter en nuestro negocio, nos quiere poner un impuesto y todo por sus películas que llaman mucho la atención. Entonces no te vamos a exhibir más películas y vamos a llamar a tus inversionistas para que no te vuelvan a dar dinero para que siga haciendo películas. Y lo hicieron.

Y eso hizo que durante 30 años yo dejara de hacer películas. No volví a hacer películas."

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