La experiencia del Finaliza Lab
La semana pasada, la del 4 al 8 de Septiembre, estuve participando del Finaliza Lab. Este laboratorio organizado por el Bolivia Lab es un espacio que fortalece e impulsa la industria iberoamericana el cual está dirigido a películas en etapa de postproducción.
Las y los cineastas seleccionados tienen la oportunidad de conectarse con exhibidores, festivales, distribuidores y canales de televisión, mientras reciben un gran número de asesorías, talleres y páneles más otras actividades de networking.
Los proyectos seleccionados fueron:
1. El agrónomo (Argentina) de Martín Turnes
2. Nicola (Bolivia) de Pablo Terrazas
3. Todos somos justos (Chile) de Carlos Leiva Barahona
4. Sábado oscuro (Colombia) de Marco Velez Esquivia
5. Tierra madre (Colombia) de Alvaro D. Ruiz
6. Laureano (Perú) de Claudia Matilde Ccpatinta Chino
7. Yucay, el paraíso de los Sentidos (Bolivia) de Mela Márquez Saleg
8. Entre reinas (Argentina) de Malena Fainsod
9. MAMA (Ecuador) de Ana Benitez
Para ser muy honestos, no estaba muy emocionado de ir a Santa Cruz de la Sierra al Bolivia Lab porque justo en esos días mi película Tiempo Presente se estaba estrenando en la Cinemateca de Bogotá e ir al Lab significaba perderme la oportunidad de ver mi película en la Cinemateca junto a la gente que hicimos la película. Pero responsabilidades son responsabilidades y sentía que ir al Lab iba a ser una oportunidad que no iba a defraudarme.
Mi vuelo salió de Colombia el domingo a las 9:15pm y llegué a Santa Cruz a las 3 de la mañana del Lunes lo cual significaba que en apenas unas horas me iba a levantar para ir al primer día del laboratorio. Cuando me encontré con el señor del transporte por parte de la organización, me contó que habían 2 personas más que habían llegado antes. Allí fue donde conocí a Malena y a Martín, los directores argentinos de las películas Entre Reinas y El Agrónomo los cuales llevaban como una hora esperando a que mi vuelo llegara. Claramente me sentí mal por ellos por tener que esperar a esa hora en el aeropuerto después de su vuelo.
Unas cuantas horas después ya estaba en el Centro Español en la apertura del laboratorio donde nos dieron la bienvenida e introdujeron el equipo de coordinación, a los asesores y hablamos de la metodología del Lab. Después pasamos a una corta introducción de cada uno de los proyectos donde aprendí que sólo habían 3 proyectos de ficción y los 6 restantes eran documentales. Hice mi presentación la cual no fue muy buena por la falta de sueño y el impacto que siempre me causa hablar en público.
Allí pasamos al almuerzo donde pude conocer a más de cerca a mis compañeros y hablar un poco de nosotros y de nuestros proyectos. Esto sin duda fue una constante durante nuestros breaks los próximos días donde conversábamos de nuestras películas y de nuestras experiencias haciendo cine.
El grupo que se formó fue bastante cool, algo que uno cree que es algo que siempre sucede, pero rara vez se da. Sólo recuerdo la experiencia en el 2016 en el LabGuion donde un grupo fue tan unido y donde te conviertes en fan de las personas y de sus proyectos. Para mí ganar los incentivos o premios que de pronto den en este tipo de encuentros es lo que menos me interesa. De pronto es por eso que no gano tantos premios, pero lo que si sucede es que hago conexiones genuinas ya sea con mis compañeros, asesores y/o jurados.
He ganado muchísimo más en ocasiones anteriores a través de estas relaciones, como por ejemplo, mi amistad y mi forma de colaborar con Juliana Ospina, la guionista de Sábado Oscuro. Nos conocimos en el LabGuion en el 2016. Puedo realmente decir que no recuerdo exactamente los comentarios que me dieron a mi guion en dicha ocasión pero si recuerdo la conexión de querer trabajar con ella en el futuro lo cual claramente se dio. Si no hubiera ido allá, probablemente hubiera sido difícil que nos conociéramos y difícilmente Sábado Oscuro existiría.
En la tarde del lunes terminamos con dos charlas, una sobre co-producción internacional, en especial con Francia, y la otra fue con el director y la productora de una de las películas que participaron en el Finaliza Lab hace un par de años. Tuvimos un pequeño break donde pude estar con varios de mis compañeros en el hotel antes de asistir a la inauguración oficial del laboratorio y vimos la película argentina Empieza el Baile.
Los próximos 3 días estuvieron llenos de asesorías de todo tipo: de montaje, de promoción, de color, de sonido, de ventas, de festivales y de distribución. Fueron asesorías de media hora lo cual hace que sea suficiente para poder ahondar en muchos temas y poder discutirlos realmente. Intenté poder aprovecharlas al máximo porque se nota que todos los asesores le pusieron el tiempo y el empeño para dar una retroalimentación sincera, pero sin duda las 3 asesorías que me impresionaron fueron con:
- Addis Mosqueda donde hablamos de la estrategia de promoción de la película y de los elementos que estamos creando para la película. Sin duda fue un gustazo y un privilegio charlar con ella, y poder robarle un poco de su conocimiento. Me hubiera podido quedar charlando con ella por horas.
- Maga Zevallos donde trajo toda su experiencia en proyectos transmedia y cómo podemos utilizar estas técnicas para poder expandir el universo de la película. Me sentí que las cosas que hemos venido pensando sobre lo que queremos hacer con Sábado Oscuro van por el buen camino.
- Marcos de Aguirre de Filmo Estudios donde hablamos del foley de Sábado Oscuro. Como tengo una pequeña obsesión con el sonido de mis películas, sin duda fue una de las mejores charlas que haya tenido porque fue realmente técnica y al detalle de lo que quería hablar, y poder tener a alguien de su inmensa experiencia como un sounding board fue demasiado enriquecedor. Adicionalmente me contó una historia de Lucrecia Martel. ¿Qué más se le puede pedir a la vida?
Los comentarios de la mayoría de los asesores sobre la película fueron altamente positivos, con apreciaciones como que se sentían identificados con los personajes y con lo que estaban viviendo. Varios de ellos se abrieron y me contaron sus historias personales alrededor del tema de la película lo cual fue demasiado cool. Siento que la película conectó con ellos genuinamente.
Adicionalmente a estas asesorías que tomaban toda la mañana y a veces parte de la tarde, también tuvimos masterclasses sobre la postproducción de sonido y de color, sobre el estado del cine y su distribución, mientras en las noches íbamos a proyecciones de películas como Saudade Fez Morada Aqui Dentro y Yo Niña. Después de esas proyecciones la mayoría de los compañeros nos reuníamos para cenar y para compartir charlando de cine, de hacer cine y de hacer co-producciones futuras.
El jueves nos dieron las instrucciones y reglas del pitch que sería el viernes en la mañana. Algo sencillo. 7 minutos más la presentación del teaser. Y procedimos a la lotería para conocer el orden del pitch. Lo anuncié y se dio. El que más odia hablar en público, así sea de su propia película, le salió el número 1.
El viernes llegamos temprano al Cine Center ya que el pitch era en una sala de cine y luego de una corta introducción procedo a hablar de Sábado Oscuro que cuenta la historia de Miguel y de Isabel. La noche anterior me había acostado temprano (con respecto a los otros días) y me levanté a las 5am para comenzar a practicar el pitch el cual ya había escrito el día anterior.
Me gustaría tener el súper-poder que tienen varios de mis compañeros para hablar tan casual y tan emotivamente de sus películas. Pareciera que no sufren como yo lo hago. Les sale muy natural. Yo, por lo contrario, tengo que aprender ese guion del pitch. Y lo sufro. Nunca he podido realmente manejar mis nervios y mi incomodidad con ser el centro de atención.
Me pongo mi camiseta de Criterion Collection y mi blazer negro como mi uniforme de batalla y hago el siguiente pitch:
Sábado Oscuro nos pregunta “Cuando el amor es todo lo que tienes, ¿es suficiente?” Mi nombre es Marco Vélez Esquivia, soy el director y uno de los productores de la película. Sábado Oscuro es un drama romántico colombiano y es mi sexto largometraje como director.
Sábado Oscuro cuenta la historia de Miguel el cual es un joven actor de teatro y profesor de actuación que vive hace 3 años con su novia Isabel, una actriz que se formó en teatro pero que ahora vive de la televisión, donde es una estrella reconocida.
Ambos se conocieron en el primer ensayo de una obra de teatro donde conectaron inmediatamente. Algo que constantemente recuerdan a través de los objetos que los unieron, fotografías por todo el hogar y los textos que Miguel escribe en una obra de teatro, donde ficciona y evoca ese primer encuentro con ella.
Un sábado por la mañana, Fincher, su perro, tiene una cita con el veterinario porque está presentando un problema médico. Mientras Miguel trabaja en su obra, Isabel empaca una maleta porque al día siguiente sale su vuelo para la filmación de sus sueños, al fin un largometraje que la va a posicionar como la actriz que sueña ser y que la va a desmarcar de los roles estereotipados de telenovela.
Ambos llevan a Fincher al veterinario, quien les informa que necesita una cirugía extensa y que tiene un alto riesgo de mortalidad. Mientras Miguel se muestra pesimista frente al resultado, Isabel subestima el problema. Ambos dejan a Fincher en cirugía y regresan a casa.
Mientras esperan en su apartamento, Isabel ensaya su personaje en la película y Miguel se molesta porque ella parece preocupada más por su carrera que por la familia que están construyendo. Ambos empiezan a discutir sobre sus prioridades en la vida, sobre sus respectivos sueños, los riesgos que cada uno ha asumido y cómo serían sus vidas si no estuvieran juntos. La discusión los lleva a preguntarse si realmente se aman y si deberían seguir juntos.
Sábado Oscuro nace de una idea muy personal. Mi pareja y yo rescatamos a nuestro perrito hace unos años atrás y a los meses encontramos que estaba muy enfermo y que requería una cirugía bastante complicada y por su condición de salud en la que se encontraba, con un alto riesgo de mortalidad. Ese día de su cirugía estuvimos allí esperando desde las 9:30 de la mañana hasta que salió de cirugía a las 7 de la noche. Fue un día bastante largo y fue un día bastante emocional. Y aunque mi pareja y yo no vivimos lo que los personajes de la película viven, si fue un día que teníamos las emociones a un centímetro de la superficie de nuestra piel.
Aunque todo salió muy bien ese día, quedé muy intrigado con esos sentimientos que vivimos, quería hacer una película que estuviera bien estructurada dentro del género del drama romántico pero que a la vez pudiéramos explorar la improvisación y que los actores tuvieran sus emociones al igual que yo las tuve, a un centímetro de la superficie de sus pieles.
Para eso invité a hacer jazz a Juliana Ospina con la cual ya había trabajado en un par de proyectos de largometraje y serie de televisión, y sentía que necesitaba una voz femenina que me hiciera contrapeso en el guion. Adicionalmente invité a dos actores con los que he trabajado desde hace ya varios años y con los que tengo una relación de mucha confianza y que respeto y admiro su talento.
Esta película la siento muy especial. No quiere decir que las otras películas que he dirigido no lo sean, pero esta se siente muy diferente. Y aunque la idea nació de algo muy personal, es sin duda una auto-ficción de cuatro personas que le pusimos toda la energía, sentimientos, vivencias pasadas para poder llenar este universo que es Sábado Oscuro.
Con esta película quiero explorar lo que nuestra generación vive en todas las relaciones. Todos entramos a una relación con expectativas y sueños que queremos lograr tanto personalmente como dentro de la pareja, pero la vida comienza a darnos una rutina y el diferente éxito laboral de cada uno comienza a afectar las dinámicas de las personas dentro de esa relación amorosa.
Estoy interesado en explorar ese subtexto y obligar a nuestros personajes a que tengan que verbalizar lo que sienten, las presiones dentro de su género, de lo que la sociedad y su entorno esperan de ellos. Quería explorar esta relación sin tantas artimañas narrativas y más vivir lo que ellos están viviendo.
Mi mayor objetivo con la película es que la audiencia se sienta identificada con los personajes, que ellos se vean reflejados en ellos, así ellos no sean actores o tengan una carrera laboral como la de ellos, pero si sienten lo mismo que ellos sienten. Que el público tenga las mismas inseguridades y ansiedades que Isabel & Miguel sienten. Porque todos queremos que nuestra pareja, no solamente nos ame, pero sintamos que nos admiran, nos respetan… Nos validan.
Sábado Oscuro nos lleva a través de una amplia gama de emociones, desde la ira hasta la reflexión tranquila, mientras dos personas intentan entender por qué si se aman es tan difícil estar juntos. Es una película que quiero que la audiencia tengan sus emociones a un centímetro de sus pieles.
O bueno, al menos eso intento. No recuerdo bien si dije todo eso o no. Espero que sí porque me pasé horas ensayándolo. Y los nervios no vienen de las ganas de ganarme algún premio o incentivo, los nervios vienen porque quiero expresar lo mejor que pueda la película que hicimos, de hacerle justicia para enamorar a todo el mundo que me escuche. O al menos, intentarlo. Respondí un par de preguntas del jurado lo mejor que pude al final y luego ya podía descansar con mis manos sudadas.
Al ser el primero, el cual estadísticamente nunca gana premios, pude disfrutar los pitches de los que ya consideraba mis amigos latinoamericanos. Fui fan de sus películas, de su forma de hablar de sus proyectos y de ellos. Vi un lado que no había visto durante la semana y me alegra haber estado allí para dar mi apoyo. De verdad quiero que nuestras películas se terminen y salgan a la luz.
En la tarde pudimos estar en la piscina del hotel y nos pusimos a escuchar música (y hasta hacer karaoke) antes de vestirnos para ir a la clausura del Finaliza Lab. Un par de horas antes me pidieron dar unas palabras de cierre lo cual me decía que no había ganado ninguno de los premios y de nuevo, tenía que salir al frente de mucha gente y agradecer a mis compañeros, mis asesores y a la organización del Bolivia Lab por una increíble semana.
Fue una ceremonia bastante emotiva y bien emocionante, y se vivió realmente que la conexión que yo sentía no me la estaba inventando en mi cabeza, y tampoco se sentía que era del momento. De verdad era algo que nacía de nuestros corazones.
Después del corto cóctel, nos fuimos a comer y tomarnos algo por allí cerca al sitio de la clausura. Lastimosamente no lo podía disfrutar mucho porque mi vuelo salía en unas horas, a las 3 de la mañana. Estuve con ellos allí y luego en la fiesta un rato donde tuvimos el placer de decir unas palabras. Dijeron cosas como "eres un tipo raro" (boy, do I know that!) y "te convertiste en el corazón del grupo".
Intenté devolverles unas palabras de aliento para seguir en este camino de hacer cine. Le agradecí a cada uno de ellos, a Male, a Martín, a Ana, a Carlos, a Pablo y a Álvaro por toda su energía, por todas sus ganas de contar historias, su talento y su apoyo, y por inspirarme a seguir creando arte, un arte personal.
De verdad que sentí mucha nostalgia no poder terminar de pasar la fiesta con ellos pero bueno, a veces lo mejor es irse de la fiesta temprano antes de que lo echen. Y con eso, me fui al hotel, recogí mis cosas y salí para el aeropuerto. Sin duda ese momento se sintió como el final de Lost In Translation sólo que no se trataba de una persona, sino de un grupo de nuevas hermanas y hermanos latinoamericanos.